Todo terminó para mí, desde el momento en el que te perdí ,
pero me cuesta entender como el mundo no se ha detenido, y sigue todo igual.
¿Cómo puede el mundo ser inmune a mi sufrimiento?
Camino con la cabeza gacha, sin ánimo; y mi sonrisa no puede ser más falsa.
Me duele cada segundo que pasa, porque tu recuerdo me acompaña.
Quizás fuera culpa mía, porque la agonía me hace dudar, de acertado y lo erróneo.
La nostalgia que tu falta me causa, se ve corespondida con noches de velo y llanto.
El pesar del vacio que me queda, me impide dar un paso al frente.
Por más ánimo que reciba, y por más que lo intente, no te puedo borrar de mi mente.
Sólo me queda esperar que el tiempo, (a veces burlón), se apiade de mí, y vuele.
Ahora intentaré nublar mi mente con cosas absurdas, todo se me hará trivial e indiferente.
Tendré que aprender a ser paciente, o lo más probable,...., a vivir con este presente.
